FAMILIA, CINE Y PASTAS: UN VISTAZO A PARTE DEL VALOR CINEMATOGRÁFICO DE «EL PADRINO»

Esta épica saga criminal de Coppola haría por los gánsteres italianos lo que el gran cineasta soviético Sergei Eisenstein, director de El acorazado de Potemkin (1925), hizo por los revolucionarios rusos: les dio una historia que se unía a la gloriosa fundación del país, una seriedad y una grandeza que contrastaba con la brutalidad de las luchas de poder involucradas.

El novelista y semiólogo italiano, Umberto Eco señala que una película de culto debe ser “un mundo totalmente amoblado” al que los fans puedan volver una y otra vez.

En esa línea, en El padrino el viaje hacia ese mundo ocurre tras el inolvidable solo de trompeta del compositor Nino Rota, que indica el cruce hacia un lugar donde los villanos tienen valores y donde el rey incuestionable es Don Vito Corleone, interpretado (literalmente) para el Óscar por Marlon Brando, similar a un «monstruo sagrado primitivo» que aprueba los juegos de azar, pero siente que la prostitución y el narcotráfico son una «infamia»: hechos viles y moralmente incorrectos.

Tráiler por el 50 aniversario de la película.

Esta épica saga criminal de Coppola haría por los gánsteres italianos lo que el gran cineasta soviético Sergei Eisenstein, director de El acorazado de Potemkin (1925), hizo por los revolucionarios rusos: les dio una historia que se unía a la gloriosa fundación del país, una seriedad y una grandeza que contrastaba con la brutalidad de las luchas de poder involucradas.

Pero no sólo en lo cultural El Padrino revive lo conseguido por el cineasta ruso, sino también en su formalidad narrativa: en su libro The annotated godfather, la escritora de cine Jenny M. Jones describe la escena culminante de El Padrino, los asesinatos durante el bautismo, como un homenaje a la icónica secuencia de los pasos de Odessa de Eisenstein en El acorazado Potemkin, ampliamente considerada como una obra maestra del cine del siglo XX.

Coppola elaboró ​​un desenlace operístico, yuxtaponiendo la calma de la iglesia y la violencia de las ejecuciones con guiños deliberados a la célebre secuencia del montaje de Eisenstein, escenificando la acción en escalones y escaleras en todo momento.

Al mezclar acción simultánea en múltiples ubicaciones (iglesia, spa, suburbios, barbería, hotel, palacio de justicia) y presentar audazmente a actores principales y secundarios en la acción que se desarrolla, logra ser un símil a Potemkin en alcance y escala. Cada uno de los asesinos se revela en la preparación de cada ejecución: uno está haciendo un trabajo pesado en un tramo de escaleras, mientras dos preparan sus armas y otro se afeita profesionalmente.

El cruce le da una complejidad a toda esta acción que se desarrolla en torno a Michael Corleone, interpretado memorablemente por Al Pacino y quien, lejos de rechazar a Satanás, está abrazando los males de la vida de gángster.

El actor Marlon Brando junto al director Francis Ford Coppola durante el rodaje.

La película es la historia de Michael, hijo menor de Don Vito, quien pasa de ser un veterano condecorado de la Segunda Guerra Mundial que le dice a su novia: «Esa es mi familia, ese no soy yo», a un capo de la mafia que gobierna con mano de hierro y excluye a su esposa de sus tratos comerciales.

Creo que El Padrino revolucionó la representación del crimen organizado, más que por sus logros en cuanto a lenguaje cinematográfico, al tratar un tema con el cual todas las audiencias pueden relacionarse: la familia. ¿Cómo podría alguien no entender el vínculo sagrado entre los padres e hijas italoamericanos? La mujer pregunta; el hombre entrega. Esa dialéctica hombre-mujer es casi universal en las familias italianas.

Familia. El momento revelador en la primera película cuando el personaje de Clemenza, interpretado por Richard Castellano, se dirige a hacer unos trámites, el principal de ellos eliminar a su propio teniente, Paulie Gatto, quien ha propiciado el golpe contra Don Corleone por no ir a trabajar ese día. 

“No olvides los cannoli”, advierte la Sra. Clemenza, lanzando un beso, mientras su esposo se sube a un auto que pronto será abandonado, con el parabrisas destrozado, salpicado con la sangre de Paulie, la espalda de la Estatua de la Libertad creando un icónico e irónico telón de fondo del crimen. Y pese a todo, a estar sumido en esa complicada situación, y a tener que orinar mientras otro de sus lugartenientes aprieta el gatillo, Clemenza no olvida el pedido de su esposa.

En Leave the Gun, Take the Cannoli: The Epic Story of the Making of The Godfather, Mark Seal escribe sobre ese momento memorable: “Era la esencia de todo: La esposa, los hijos, los padres, las madres, las cocinas, las familias y la comida, siempre la comida, y los extremos a los que tenían que llegar los hombres para poner esa comida en la mesa. Se trataba de la pistola, sí, pero se trataba más de los cannoli. Se trataba de la estatua en la distancia de espaldas a la escena del crimen. Se trataba del país que le había dado la espalda a estos hombres y su comunidad, para quienes solo el Padrino podía ofrecer justicia, trabajo y dignidad”.

La familia Corleone es una fuerte unidad étnica que, como señaló el crítico de cine Todd Gitlins, iba en contra de la «familia blanca de la televisión estadounidense» de principios de la década de 1970. Al igual que muchos otros críticos, Gitlin sintió que el atractivo de la película se debía en gran parte al hecho de que brindaba «una nostalgia nacionalista de primera», para traer a cuento una versión idealizada del pasado.

Tal vez esta legendaria obra de Coppola se ha convertido en un filme de culto, tal y como Eco menciona, por crear un mundo completamente amoblado con el cual podemos, al mismo tiempo, sentirnos identificados. Familia, códigos de clanes y una sensación de marginalidad a través de una narrativa cinematográfica audaz y experta han asegurado a El Padrino un lugar tanto en el corazón de una Estados Unidos profundo, como en el de la historia del cine. PP

The Godfather I, II y III. 1972, 1974, 1990. Director: Francis Ford Coppola. Drama, Mafia, Ficción. Reparto: Marlon Brando, Al Pacino, James Caan, Richard Castellano, Robert Duvall, Sterling Hayden, John Marley, Richard Conte, Diane Keaton. Productora: Paramount Pictures, Alfran Productions. USA.

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