FAMILIA, CINE Y PASTAS: UN VISTAZO A PARTE DEL VALOR CINEMATOGRÁFICO DE «EL PADRINO»
Esta épica saga criminal de Coppola haría por los gánsteres italianos lo que el gran cineasta soviético Sergei Eisenstein, director de El acorazado de Potemkin (1925), hizo por los revolucionarios rusos: les dio una historia que se unía a la gloriosa fundación del país, una seriedad y una grandeza que contrastaba con la brutalidad de las luchas de poder involucradas.