El año 63: OCHO Y MEDIO
La octava y media película de Federico Fellini es una de esas maravillas a las que el tiempo le sienta bien. Lejos de verse anticuada o enmohecerse en sus laureles, el ingenio visual de esta cinta se ve hoy más diáfano que nunca, y su alegre manifiesto en favor de la creatividad es, en nuestros tiempos, no solo bienvenido sino necesario.