CONTINUAR COMBATIENDO EL OLVIDO
Un gran golpe no es una película de historia. La forma en que cuenta y da amplio espacio a las voces de los testigos presenciales del golpe de Estado de 1973, y de quienes vivieron la dictadura, ayuda a construir el relato de una emancipación grupal y de una memoria colectiva. Si todas las formas son necesarias para el cine documental chileno hoy, el compromiso con la historia y la memoria permiten que la cinematografía chilena mantenga el desafío de asumirlo, y ahondar e insistir en los bloqueos donde el dolor y la impunidad persisten.