LA CIUDAD COMO ESCENARIO FÍLMICO
La ciudad se convierte en un vehículo para reconocerse, donde el paisaje citadino constituye un imaginario, con imágenes que se transforman en parte de un discurso que escarba en el tema de la identidad nacional.
La ciudad se convierte en un vehículo para reconocerse, donde el paisaje citadino constituye un imaginario, con imágenes que se transforman en parte de un discurso que escarba en el tema de la identidad nacional.
Existe en el espectador la tendencia a sobreponer expectativas propias en las obras fílmicas. Más cuando se trata de películas cuyos argumentos harían suponer una mirada ideológica a tiempos históricos relativamente recientes. O cuando giran en torno a personajes reales y emblemáticos. Quien ve el filme espera encontrar un acercamiento acorde a sus pensamientos, postulados y vivencias. Esto sucede con Araña de Andrés Wood, estrenado en 2019 y perfectamente vigente.
Entre recortes presupuestarios y prohibiciones que remiten a los peores regímenes del siglo XX, las industrias fílmicas de América del Sur se han visto reducidas frente a un desprecio generalizado por el arte cinematográfico. La evangelización de Bolsonaro en Brasil y los criterios mercantilistas en Chile y Argentina se han impuesto como duras amenazas para el desarrollo de las cinematografías australes.