por Un cineasta exquisito, profundamente enraizado en su Liverpool natal, en su proletaria cuna, en su memoria cultural y en la música que escuchó en su infancia. Cuando de niño vio Cantando bajo la lluvia no pudo parar de llorar: “es que ellos eran tan felices”. Después de eso, afirmó que solo quería hacer películas musicales. En un cierto modo, lo haría.
Después de trabajar diez años como contador, encontró tardíamente su vocación como cineasta y su primera obra importante The Terence Davies trilogy, llamó poderosamente la atención a comienzos de los ochenta. Le siguió Voces distantes, una obra maestra que será referencial para todo el resto de su trabajo creativo. El día se cierra, confirmó sus mejores capacidades. Luego, algunas adaptaciones de obras literarias entre las que destaca Una serena pasión, refinadabiografía de la poetisa Emily Dickinson y Benediction su última obra, dedicada al poeta pacifista británico Siegfried Sasoon.
Tocado por una imaginación visual que cristaliza bellamente los temas de la memoria y el tiempo, de los afectos y del territorio, Davies desplegó sus mejores posibilidades explorando el lenguaje cinematográfico más fino, en el que el movimiento de cámara, la cambiante luz y el tiempo pasado se mezclan dentro de unas escenografías realistas, poco glamorosas, pero vibrantes de evocaciones, de poesía de afectos familiares y de dificultades amorosas. Todo bien sazonado por música de amplio registro evocativo, desde los éxitos radiofónicos de su infancia hasta las profundidades melancólicas del romanticismo. Davies hizo de la autobiografía uno de los vértices de su rigurosa obra y probablemente encontró ahí la zona más segura para su creatividad.
Su libertad expresiva lo dejó fuera del circuito comercial y su obra ha carecido de la difusión que merece, en parte por su propia intransigencia. “Era una cruza entre el Demonio de Tasmania y Doris Day; se involucraba tan apasionadamente en lo que hacía que se volvía un derviche de actividad y emoción”, según lo definió uno de sus actores.
Ha fallecido después de una corta enfermedad.
