La fabulosa máquina de cosechar oro, documental dirigido por Alfredo Pourailly De la Plaza, se sumerge en la historia de Jorge Gesell, un buscador de oro en Tierra del Fuego, específicamente en la localidad de Porvenir, una región donde los límites entre Chile y Argentina se diluyen en el frío extremo. El filme entrega un relato impresionante en lo visual y emocionalmente conmovedor, donde lo cotidiano se convierte en algo extraordinario.
A lo largo de 75 minutos, el documental sigue la creación de una máquina diseñada por su hijo, también llamado Jorge, quien busca con ella facilitar el duro trabajo de extracción de su padre. Pero en su esencia, es mucho más que eso: es un relato de amor y sacrificio así como sobre los lazos inquebrantables que conectan a una familia en medio de un entorno implacable. Aún más, es un retrato de la vejez, o como los llama Jorge, de los antiguos.
El retrato de Jorge Gesell capta su lucha por subsistir en un entorno inhóspito y también ilustra la crudeza del trabajo físico al que está sometido. A las condiciones climatológicas adversas, con temperaturas gélidas y un terreno muy duro, se agrega el que debe realizar su labor de extracción de oro con herramientas rudimentarias, como chuzo y picota.
Sin la ayuda de maquinaria moderna, el esfuerzo requerido para extraer pequeñas pepas del cotizado elemento es monumental. El uso de estas herramientas lo expone a un desgaste físico evidente, a la vez que retrasa el proceso e intensifica la carga diaria de su trabajo.
El documental refleja la realidad de muchas personas que enfrentan el deterioro físico por trabajos extenuantes. Jorge, que al inicio del relato cumple 56, está visiblemente afectado por años de trabajo bajo estas condiciones. Su hijo toma la iniciativa de crear una máquina que pueda aliviar esa carga, pero lo que podría parecer un simple proyecto mecánico se transforma en un símbolo de cuidado y amor filial. A lo largo de seis años, el filme muestra tanto la construcción de esta máquina como el vínculo profundo que surge entre padre e hijo, mientras ambos enfrentan las dificultades de la vida.
La cinematografía captura la dureza y belleza del desierto de Tierra del Fuego con una precisión impresionante. Los colores resaltan el carácter árido de la región y el diseño sonoro, especialmente el uso del sonido del viento, logra transportar a quien ve el filme a este entorno extremo. A través de la cámara, se observa el desgaste físico de Jorge y el impacto emocional que estas condiciones generan en su vida y en la relación con su familia. Las escenas de trabajo reflejan de manera palpable el agotamiento físico, lo que evidencia la urgencia de crear un sistema que alivie esta carga, antes de que su cuerpo ya no pueda seguir.
El montaje merece una mención especial pues, por un lado, combina el uso de planos generales -cuando quiere contextualizar- y, por otro, primerísimos primeros planos cada vez que busca conectar con el protagonista. Además, el uso de la máquina es un elemento que, aunque importante en la historia, sirve como un dispositivo narrativo que guía a los personajes hacia una reflexión más profunda sobre la vida y los sacrificios que implica.
El final, cargado de emoción, muestra a Jorge grabando con su celular la máquina que su hijo ha creado para él. En esa imagen se observa tanto la culminación de un proyecto de seis años como la felicidad de un hombre que sabe que, más allá del oro que puedan o no encontrar, lo importante es el tiempo y el amor compartido con su familia.
Es una celebración de la vida misma, un reconocimiento a los esfuerzos compartidos entre padre e hijo, y una lección sobre la importancia de aliviar la carga de quienes han trabajado tan duro.
La fabulosa máquina de cosechar oro es, en última instancia, un testimonio poderoso sobre la resistencia humana, sobre cómo los sueños pueden cambiar vidas, incluso los más sencillos, y sobre la forma en que las tradiciones y los avances tecnológicos conviven en uno de los rincones más aislados del mundo. Alfredo Pourailly De la Plaza entrega un relato visualmente impresionante y emocionalmente conmovedor, donde lo cotidiano se convierte en algo extraordinario. PP.
La fabulosa máquina de cosechar oro. Dirección y Dirección de fotografía: Alfredo Pourailly De La Plaza. Guión: Alfredo Pourailly De La Plaza y Francisco Hervé. Sonido: Gustavo Agurto. Montaje: Melissa Miranda, Javiera Velozo, Alfredo Pourailly De La Plaza. Casas productoras: 55 SUR Media, Juntos Films, Windmill Film. Duración: 77 min. Chile – Países Bajos, 2024. Premios. Mejor Documental y Premio Feisal, en Festival Internacional de Cine en Guadalajara, México, Competencia Oficial Largometraje Iberoamericano. Premio del Jurado a Mejor Documental de la Competencia Latinoamericana Documental y Premio al Mejor Documental otorgado por la OIT y Cinetrab en el 28° Festival de Cine de Lima PUCP. Mejor Película de la Competencia de Cine Chileno en el 20° Santiago Festival Internacional de Cine Sanfic.