RAQUEL WELCH (1940-2023)

Sus rasgos exóticos para Hollywood (su padre era boliviano) fueron los precisos para hacer de ella un producto algo original, sin necesidad de indagar en sus orígenes, por lo cual conservó el apellido de su primer esposo.

Un agente de prensa, que después también fue marido, la hizo tomar clases de ballet y actuación y la promovió hábilmente antes de hacer ninguna película. Debutó dirigida por Bolognini en Las brujas y en Viaje fantástico de Richard Fleischer, ambas de 1966.

El éxito fue el calculado y por una década la bella Raquel no tuvo descanso, pasando de un género a otro en forma más o menos caótica. Stanley Donen le exploró el sentido del humor en Un Fausto moderno, donde ella interpretaba, qué otra cosa podía ser, a La Lujuria… estuvo perfecta.

Pero la Welch, como antes y después otras bellas, quería probarse en un registro más dramático, que no le resultara siempre congenial. En un encuentro muy publicitado protagonizó la muy audaz Myra Breckinridge, junto a la célebre y ya anciana Mae West (que se negó a compartir escenas con ella), en la que Raquel era un hombre que cambia de sexo.

Más afortunadas son las dos partes de Los tres mosqueteros,dirigidas por el ingenioso Richard Lester (Help),que vuelve a darle su mejor registro cómico, en medio de un reparto muy prestigioso. Fue un éxito, que la llevó a ganar el Globo de Oro como mejor actriz de comedia. Pero no estaba conforme y buscó todavía papeles dramáticos.

Lo logró en televisión, en un melodrama muy convincente, que la crítica aplaudió, en el que ella interpretaba a una mujer enferma de esclerosis múltiple. Pero, obviamente, el público no quiso ver a El cuerpo morir de esclerosis múltiple. De ahí en adelante hizo solo breves apariciones que dejaron constancia de su espléndida forma. 

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