UNA REFLEXIÓN ANTE LA INCERTIDUMBRE
La flamante ganadora del Oscar al mejor largometraje animado, dicho sea de paso el primer premio de la Academia en la historia de Letonia, es una película sin diálogos que se plantea a sí misma como un puente sobre aguas turbulentas, y quizás a ello se deben sus esfuerzos de subrayar una alegoría que nos involucre a nosotras las personas.