FLEE, LA SUTIL FRONTERA DE LA FICCIÓN
Nunca se había dado en la historia de los premios Oscar que una misma película estuviera de candidata en tres categorías distintas, dos de las cuales parecieran ser incompatibles.
Nunca se había dado en la historia de los premios Oscar que una misma película estuviera de candidata en tres categorías distintas, dos de las cuales parecieran ser incompatibles.
En cierta ocasión, dando cuenta de su proverbial ego, Lina Wertmüller se autodefinió como a mitad de camino entre el cabaret y Shakespeare. La respuesta no se dejó esperar en el medio cinematográfico italiano: “Habrá querido decir que se quedó a mitad de camino del cabaret, porque lo de Skakespeare…”
Nacido en Miami, pero criado en Las Bahamas (donde ha fallecido), Poitier ascendió en roles cada vez más importantes en el cine de los años cincuenta, gracias a su natural fotogenia, indudable talento dramático y a la tranquila presencia que lo caracterizaba, pero que no le impidió marcar fuertes definiciones a sus personajes.
No hubo Oscar. Pero Maite Alberdi, y su protagonista -devenido en personaje no solo público sino, casi unánimemente, querido- han recibido más atención que cualquier otra película nacional en los últimos tiempos. Tiempos en que la pandemia le ha impedido ser vista en salas de cine, pero que ha aumentado su taquilla vía streaming.