Hablar de Una luz negra es difícil, ya que su mayor fuerte es la falta de ruido, la necesidad de pocas palabras para mostrar una experiencia reflexiva interesante. Un amor eterno e inolvidable, la historia de Josefina, una madre que perdió a su hijo hace años, y que debe enfrentarse a una nueva etapa del duelo al conocer a Jorge, quien comparte nombre y apellido con su hijo.
Esta premisa llama a reflexionar acerca de las coincidencias, de las heridas sin cerrar y de lo cruel que, a veces, es el tiempo. Ante este nuevo vínculo, se abre una nueva etapa en el duelo de Josefina, la cual busca (sin efecto) obligarse a que olvide el pensamiento, pues siempre está pensando en el ayer.
Se trata de una película atmosférica, con un trabajo de fotografía cuidado al detalle y una dirección de arte bien lograda en cada plano, genera la idea de que en cualquier segundo esta relación extraña entre estos dos desconocidos llevará a una sorpresa, a una aparición fantasmagórica o sobrenatural, la que finalmente nunca llega.
Algo así como A ghost story (2017), pero sin fantasma, (¿o tal vez sí?). En verdad, el fantasma de esta cinta está presente en todas partes, atrás de cada personaje, en ese espacio silencioso que se produce cuando beben sus cafés. Su figura aparece en cada plano largo, en cada silueta que desprende Josefina, en cada pensamiento que revuelve su cabeza también.
Un thriller emocional, según las palabras de su director Alberto Hayden (Santiago de Chile, 1981) quien, en su primer largometraje de ficción, busca reflejar el duelo, la nostalgia y el profundo silencio de la pérdida mediante un ambiente de luces y sombras que él mismo dirige, escribe y edita.

Un guion interesante, que despliega una idea muy valiosa para analizar y profundizar desde este sentimiento de vacío que envuelve cada espacio de la pantalla, en el que se nota claramente la mano del realizador José Luis Torres Leiva que, en este caso, comparte el montaje con el director. Aún así, la película se hunde en esta ambición de reducir al mínimo las palabras que usan sus personajes, y es en este mismo vacío donde parece inconexa entre sus partes. Por ejemplo, el cambio del personaje principal en la mitad de la cinta, genera una pequeña desconexión la que tarda un poco en resolverse.
En esta intención de prolongar las secuencias hasta lo perdurable, siento que se pierde en lo tangencial del argumento, mostrando espacios de una vida cotidiana en la que cuesta encontrar el duelo que, en teoría, abunda. Una sensación de dispersión se proclama por sobre lo contemplativo, lo cual no permite que se desarrollen sus personajes con la naturalidad que parecía necesaria, relegando la experiencia a un buen ejercicio visual.
No es que falte contenido, sino más bien que el contenido expuesto se siente insuficiente para la propuesta estética y narrativa. Me parece que en ese intento de construir una atmósfera profunda se suelta el hilo narrativo central, a la vez que algunas decisiones de dirección alejan del enfoque propuesto.

Los cambios de ratio de la película se sienten desconectados, o al menos dividen una parte de otra, pero no positivamente. Igualmente las imágenes grabadas en celular van en contra de esta idea contemplativa de la cinta, y son insuficientes para detallar cómo el personaje fantasmagórico influye (o no) en la vida del resto.
A pesar de todo, Una luz negra merece ser vista y generar opinión, porque es una película que se siente trabajada con cariño, y con una idea que no es tan fácil de encontrar ni en el cine nacional ni en ninguna parte. Esa sensación de “película en la que no pasa nada”, que en este caso se les escapa (un poco) de las manos. Con todo, me parece importante darle una vuelta, y dos vueltas si es necesario, a una película que en 77 minutos no tiene desperdicio, aun con sus sutilezas. Tal vez una pantalla grande sea un gran acompañamiento para una cinta de este estilo, tal vez una sala silenciosa con poca gente mucho más. PP
Una luz negra. Dirección y Guion: Alberto Hayden. Elenco: Patricia Rivadeneira, Francisco Pérez-Bannen, Vicente Pérez, Antonia Bannen, Manuela Oyarzún. Dirección de fotografía: Matías Baeza. Dirección de arte: Camila Zurita. Montaje: Alberto Hayden y José Luis Torres Leiva. Casa productora: Brisa. Thriller. Duración: 77 min. Chile,. 2024.
Fotos: StoryBoard Media.