OTRA MIRADA: FRIVOLIZACIÓN Y APROPIACIÓN PRIMERMUNDISTA DEL SUFRIMIENTO LATINOAMERICANO

La película Emilia Pérez, dirigida por el cineasta francés Jacques Audiard, ha generado una fuerte controversia y críticas en México, especialmente por su tratamiento del tema de las desapariciones forzadas. A pesar de su éxito en festivales internacionales y múltiples nominaciones a los premios Oscar, la película ha sido ampliamente rechazada en el país donde se inspira. La crítica principal radica en la forma en que la película aborda la grave crisis humanitaria de las desapariciones, considerándola una trivialización y romantización de una tragedia que ha dejado miles de víctimas y familias enlutadas.

Zoe Saldaña, estadounidense de origen dominicano, es Rita Mora Castro.

La crítica central se concentra en la romantización de la violencia y la representación de los perpetradores. La película presenta a un narcotraficante que transita su género. Posteriormente, ya como persona trans, crea una ONG para buscar desaparecidos, como una figura redentora. Este planteamiento ha sido ampliamente cuestionado por borrar el sufrimiento real de las víctimas y presentar una narrativa que minimiza la gravedad de los crímenes.

Uno de los puntos más criticados es la escena musical Para, que en México (y en otros países) consideran una romantización de los desaparecidos, al plantear una narrativa de redención para los perpetradores. La canción sugiere que incluso los responsables de las desapariciones pueden contribuir al cierre emocional de las familias, lo cual ha sido interpretado como insensible y ofensivo. Se argumenta que la película trivializa la gravedad de las desapariciones al presentar una narrativa de redención para los perpetradores, lo que ha generado indignación en muchos sectores.

Además, se ha señalado que la película presenta una visión superficial y exotizante de México. La trama se considera inverosímil y transfóbica. La inclusión de elementos musicales en una historia sobre narcotráfico y desapariciones ha sido vista como una decisión desconcertante, que minimiza la seriedad de los temas tratados. Se critica que la película no logra generar una reflexión profunda sobre la problemática, sino que la convierte en un espectáculo frívolo.

Otro aspecto controversial es el elenco, mayoritariamente extranjero, que no refleja la diversidad cultural de México. Se cuestiona la decisión de elegir a actrices no mexicanas para interpretar personajes mexicanos, lo que es visto como una falta de respeto hacia el talento local. El acento de Selena Gómez, en particular, ha sido objeto de fuertes críticas y burlas. Además, se ha criticado que la película recurre a estereotipos y clichés sobre México, perpetuando una visión simplista y desinformada del país.

Emilia Pérez es interpretada por la española Karla Sofía Gascón.

La película ha sido descrita como un producto de exportación que no se corresponde con la realidad mexicana. Se acusa al director, Jacques Audiard, de no haber investigado suficientemente sobre el tema de las desapariciones en México, lo cual resulta en una representación superficial y errónea. Se argumenta que la mirada extranjera del director, al no estar familiarizada con la complejidad del contexto mexicano –y al no querer el cineasta francés profundizar en dicho contexto-, termina por banalizar el sufrimiento de las víctimas y sus familias.

Algunas críticas también señalan que la película muestra una falta de respeto hacia las familias de los desaparecidos. Se critica que la película instrumentaliza su dolor para crear una narrativa de redención y esperanza, sin comprender la magnitud de su sufrimiento. Se argumenta que la película ofrece una visión que resta importancia a las madres buscadoras y las víctimas, borrando su activismo y trabajo político. Las madres buscadoras de desaparecidos, cuyo trabajo organizativo y de resistencia es fundamental, en la narrativa de Audiard quedan reducidas a personajes pasivos, sufrientes sin inteligencia ni voluntad que solo se limitan a buscar la ayuda de la ONG que funda la protagonista. La decisión de hacer un musical sobre este tema tan delicado ha sido considerada por muchos como una falta de empatía, sensibilidad y seriedad.

Por otro lado, desde una perspectiva de representación trans, también se cuestiona la construcción del personaje. La transición de género es presentada como una forma de redención, reproduciendo narrativas cisnormativas que reducen la identidad trans a una estrategia de transformación moral.

La recepción negativa en México contrasta con el éxito internacional entre la crítica, mas no de taquilla. En efecto, hasta el momento el filme no ha tenido una gran repercusión en las taquillas globales, recaudando tan solo unos 11 millones de dólares desde agosto de 2024 —casi el 80% de esta recaudación se generó en Francia—. El filme ha generado una discusión sobre el exotismo y la mirada occidental sobre realidades latinoamericanas.

La texana Selena Gómez como Jessi del Monte.

Más que una simple película controversial, Emilia Pérez es un síntoma de las dinámicas de poder en la producción cultural global, donde las narrativas sobre realidades marginadas son frecuentemente apropiadas y descontextualizadas por miradas externas que carecen de comprensión profunda.

La obra de Audiard ilustra los complejos desafíos de la representación intercultural en el cine contemporáneo, evidenciando la necesidad de aproximaciones más respetuosas, informadas y colaborativas cuando son abordadas historias de comunidades históricamente vulneradas.

El Dr. Roque González es académico de la Universidad Nacional Autónoma de México e investigador de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación de México.

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