RAÚL RUIZ: SUS PRIMEROS OCHENTA
Puerto Montt, en 1941, no debió ser muy poético ni cosmopolita; tampoco de gran cultura cinematográfica. Proust y Shakespeare estaban en alguna biblioteca, pero no hay registro de que un niño local los haya leído para nutrir una imaginación que ya parecía amenazar con productos futuros, al decir de sus padres. Lo veían leer Flash Gordon e ir a la matinée, horario permitido para niños. Aparentemente todo muy normal.