Lanthimos brinda otro filme raro y fascinante, en cuyo remate se pasa de listo
Con Bugonia, el griego Yorgos Lanthimos vuelve a ratificar que es uno de los contados cineastas de excepción hoy en día. Es una cinta maravillosamente filmada, otra vez en su estilo brillante, provocador y lleno de extrañeza. Solo que por diversos motivos sus muchos méritos tienden a disolverse, en tanto su tramo final deja la penosa sensación de haberse dejado cautivar por una gran lesera (razón por la cual este texto contiene inevitables spoilers).
