por Un rostro de niño bueno y sufriente sería la marca distintiva de su carrera como apreciable y fino intérprete. El director italiano Valerio Zurlini (1926-1982) sería su mentor al hacerlo debutar en forma perfecta a los diecinueve años en La muchacha con la valija junto a Claudia Cardinale.
Sería el personaje que lo definiría para el futuro y alrededor del cual ofrecería pocas, pero sensibles variaciones. Inolvidable coprotagonista de Marcello Mastroianni en Crónica familiar (una de las películas favoritas de Neruda) con la que Zurlini ganó el León de Oro de Venecia en 1962. Perrin hacía el hermano frágil y enfermizo cuya muerte motiva el recuerdo de su historia. Todavía Zurlini le otorgaría un rol a su medida en El desierto de los tártaros (1976).
Difícil no recordarlo en la simpática Cinema Paradiso. A partir de su doble participación como actor y productor en Z, de Costa-Gavras, que le hará ganar el Oscar al mejor filme extranjero de 1969, Perrin desarrollará en paralelo una importante labor de productor en la que volcará un intenso compromiso ecológico. Codirigió el bello documental Nómadas del viento(2001). PP
