«Los 80, más que una moda« (Canal 13, Wood Producciones) ha sido una serie de televisión que marcó un hito en los proyectos desarrollados para la celebración del Bicentenario de la Independencia de Chile, con su primera temporada el 2008, y que además se convirtió en una exhibición ícono de Canal 13, ya que continuó con seis temporadas más, acompañando desde la pantalla a buena parte de quienes vivían en Chile hasta el 2014.
La serie fue programada en horario estelar (luego del noticiario vespertino) y también formó parte de la parrilla programática de los días domingo. Además, a solicitud de los espectadores, se volvió a emitir en reiteradas ocasiones, hasta que el 2014 pasó a formar parte de la señal internacional del canal 13i. La serie también está disponible en Prime Video, CNTV play, y en el sitio del propio canal, extendiendo así la posibilidad de verla y volver a verla.
La historia sigue a una familia clase media, los Herrera, a través de quienes se invita a recordar o imaginar la segunda década de la dictadura civil militar chilena. Los Herreras representan una pluralidad de visiones sobre el período, principalmente en sus hijos. La mayor, una joven universitaria que termina por asociarse con los grupos que enfrentaban a la dictadura por la vía de las armas; el hermano del medio, que decide entrar a la academia de aviación, aunque tras un desafortunado accidente y cierto titubeo, en un giro inesperado, pasa a ser un valiente camarógrafo de Teleanálisis. La nota de inocencia la entrega el hijo menor, que tras algunas temporadas recibirá a una nueva hermanita. Los mapadres apolíticos y los hijos en polos distintos, aunque luego se acercan, enfrentan la dificultad de vivir en una dictadura.
Es posible resumir parte de las claves del éxito y reexhibición de esta serie, en dos aspectos esenciales. Los capítulos siguen la lógica de eventos mediáticos o icónicos: comienza la serie con el penal que pierde Cazzeli en el Mundial de España de 1982. Y luego se recuerda la crecida del Mapocho tras intensas lluvias o la devaluación del dólar el mismo año; la cancelación de radio Cooperativa en 1983 o la primera jornada de protesta nacional del mismo año; el terremoto de marzo de 1985 y el horror del caso Degollados algunos días después; el paso del cometa Halley, el asesinato de Rodrigo Rojas de Negri, el Mundial de Fútbol de México, la fallida operación de Carrizal Bajo, el atentado a Pinochet, ocurridos todos 1986; la visita del papa a Chile en 1987, los plebiscitos de 1988 y 1989. Esto posibilitó que quienes vivieron estos hechos, pudieran recordarlos gracias a las vivencias de la familia Herrera; pero aún más, mediante la detallada revisión de prensa que está presente en la serie. Por esto mismo, quienes no vivieron esos hechos, podrían ver cómo los medios cubrieron dichos eventos.
El segundo aspecto que hace destacar esta serie es su impresionante uso de archivos. En primera instancia, archivos del propio canal católico. Así como todos los capítulos iniciaban con un resumen del contexto de aquel episodio o registros del contexto nacional e internacional, terminaban con eventos televisivos: actores famosos, cantantes de los programas nocturnos de dictadura, o don Francisco. Es posible ver las noticias, a los periodistas Claudio Sánchez y Pablo Honorato en pantalla, con entrevistas en vivo en los lugares de la acción, lo que le da a muchos militares voz y pantalla. Aparecen también las teleseries, los monitos animados, incluso las barras de color (barras de ajuste) para corroborar el estado de la transmisión, la cortina de inicio de programación y también el angelito que cerraba transmisiones para las y los niños, recordando la televisión que fue. Hasta aparece la vedetón, el show de vedettes que solía tener la Teletón durante el trasnoche.
A este uso de los archivos del canal, se suman más tarde los impactantes registros de Teleánalisis, importante noticiero alternativo en video que mostraba lo que no presentaba la televisión. Por ejemplo el disparo por parte de un policía a María Paz Santibáñez durante las protestas contra el decano de la Universidad de Chile, impuesto por la dictadura en 1987. Con estos registros la serie juega además con lo diegético y lo no diegético, mostrándonos los registros originales, pero también desde el punto de vista de Martín Herrera (Tomás Verdejo), quien interpretaba a uno de los camarógrafos.
A estos variados archivos se suman las recreaciones y grabaciones de radio y revistas de la época y diarios con los titulares de los eventos que acontecen en cada episodio.
El foco en lo mediático y la construcción de mundo desde la televisión, sumado a la estudiada puesta en escena, que incluye de vajilla a plantas, de ropa a juguetes, además de los afiches de la calle que responden a la contingencia de la época, logran crear una imagen de la década que prioriza los eventos inmortalizados en los medios de comunicación.
Así, esta serie logra apelar a nuestra nostalgia. Los objetos se han heredado, y aun se pueden encontrar en casas; los reconocen las generaciones que vivimos esta década y quienes aún no habían nacido. Las y los actores que aparecen dentro del aparato de televisión y algunos programas aun eran de renombre para el estreno de la serie, logrando así acercar esta década al presente. De este modo la producción logra generar un anhelo por la década de 1980, una añoranza por sus objetos, apariencias y sobre todo por su televisión, convirtiendo el periodo dictatorial en más que una moda.PP
Los 80, más que una moda. 2008-2014. Director: Boris Quercia (temp. 1-5) Rodrigo Bazaes (temp. 6-7). Ficción. Reparto: Daniel Muñoz, Tamara Acosta, Loreto Aravena, Tomás Verdejo, Katty Kowaleczko, Daniel Alcaíno, Fernando Farías, entre muchos/as otros/as. Productora: Wood producciones. 78 episodios. Chile.
Esta columna recoge parte de las discusiones y análisis realizados por un grupo de investigadores asociados al Núcleo de Investigación en Televisión y Sociedad de la Universidad de Chile (NitsChile).