LOS PEOPLE IN THE DRAGON NO ES LA GRAN COSA, PERO TIENE ALMA

Se trata del debut directorial de Pablo Greene, quien hasta el momento había oficiado de productor y co-guionista de las notables Mala junta y Mis hermanos sueñan despiertos, ambas dirigidas por la realizadora Claudia Huaquimilla. En Los People, Greene se la juega por la comedia en clave documental falso, alejándose un poco del drama que caracterizó a sus trabajos anteriores, pero no así del humor que inevitablemente se encontraba en ellos.

Los People in the Dragon son una banda que ha tenido un meteórico ascenso, en gran parte por el carisma y talento de su frontman, Álvaro (interpretado por José Antonio Raffo) y por el compromiso de Macarena, su manager (Catalina Saavedra). En este momento clave de su carrera, a punto de presentarse en el Festival de Viña, Álvaro muere de forma repentina, dejando a Los People como la promesa de la música que nunca llegará a cumplirse. Nueve años después —y varios fracasos entre medio— Macarena vuelve a reunir a la banda con la esperanza de que retomen su camino al estrellato.

Con una banda sonora compuesta por los hermanos Abel y Camilo Zicavo, conocidos por sus proyectos musicales Moral Distraída y el dúo Plumas (y quienes además interpretan a dos de los integrantes de la banda), una cuota de cameos famosos y una potente campaña de marketing, no es exageración decir que Los People in the Dragon es una propuesta ambiciosa: el mismo Greene ha señalado que el tiempo total de realización fueron siete años.

Y tal vez esta extensa producción es la que está detrás de las principales debilidades del filme, las que, por una parte, se revelan en una falta de fluidez en sus interpretaciones. Es como si los actores no supieran exactamente cuál es el tono en el que deberían performar, algo que no es tanto una carencia propia sino que viene de la dirección. Se nota, incluso, en la ejecución de los chistes que nunca llegan realmente a puerto, y solo alcanzan una risa tardía, porque la talla llega demasiado tarde al espectador.

Se aprecia también una inconsistencia en la trama: al momento de la muerte de Álvaro, Los People están a punto de consolidarse como la banda del momento y tienen una creciente fanaticada que está dispuesta a llenar la Quinta Vergara por verlos. Sin embargo, desde su partida la banda no es capaz de llenar ni un bar de mala muerte en Santiago ni que le inviten al festival más rural de Chile. ¿No tendría más sentido que incluso en la tragedia la banda atrajera más público, aunque solo sea por el morbo? ¿Acaso la banda solo es lo que es por él? Podría concederle ese punto, si es que nueve años después, cuando se reúnen para el concierto de aniversario de su muerte, no hubieran sido capaces de llenar el recinto y no pudieran convocar a teloneros de la talla de Manuel García, Javiera Parra y Camila Moreno.

Lo que lleva a la inconsistencia más grande que presenta esta película: la falta de compromiso con el formato. De poco sirve ese parche antes de la herida de la introducción, en que se señala que todo lo presentado es falso. El formato de falso documental solo es útil cuando es relevante para la historia, en vez de conducirla y, por consiguiente, es constantemente dejado a un lado. Quien ve el filme está obligado/a a creer, más que nada por descarte, que todo lo que ocurre dentro de la película sucede también en este documental. No existe un cambio de encuadre o algún filtro que denote una modificación en la perspectiva; sin embargo, hay tomas que no podrían haberse hecho —o mejor dicho que no tienen sentido— dentro del lenguaje documental. Quizás estas fallas podrían pasarse por alto si un mes antes no se hubiera estrenado Denominación de origen,una película que triunfa en cada una de las salas en que se ha exhibido. Quizás fue mala suerte.

Con todo esto, la película no deja de tener sus fortalezas que para quien escribe radican en el inevitable carisma de su elenco, quienes parecen realmente querer estar ahí siendo parte de Los People in the Dragon. Las canciones de la banda son el gran elemento humorístico de la película y, por eso mismo, su corazón. Temas pegajosos con un humor tipo 31 minutos, canciones que un grupo de amigos podría componer entre el asado y la cerveza, movidas, algo infantiles pero tiernas y que convencen de que este grupo estaba junto por algo más que la música. Si tan solo el guion les hubiera tenido más fe y su trama hubiera estado más conectada a esas canciones (en vez de reducirlas a chistes ocasionales) tal vez tendría una mejor ejecución.

Como en muchos momentos de la vida, Catalina Saavedra lo dijo mejor: la película -tal como la banda- no se ve como la gran cosa, pero tiene alma. PP

Los People in the Dragon. Dirección: Pablo Greene. Guion: Claudia Huaiquimilla y Pablo Greene. Reparto: Catalina Saavedra, José Antonio Raffo, Abel Zicavo, Jose Nast, Mario Ocampo, Camilo Zicavo, Juan Anania, Anita Reeves. Dirección de fotografía: Guillermo Ribbeck. Música: Abel Zicavo y Camilo Zicavo. Casa productora: Lanza Verde. Comedia. Duración: 95 min. Chile, 2024.

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