MUCHO MAS QUE POR LAS LONGANIZAS

Tomás Alzamora (San Carlos, región de Biobío, 1989) se ha encargado como cineasta de ubicar, con éxito, a su ciudad en el mapa de la cinematografía. Su primer filme, La mentirita blanca (2017), obtuvo el galardón al Mejor Guion en el Miami Film Festival y su corto de ficción Por unos caballos, ganó el premio Warner Media 2022. Ahora Denominación de origen, obtuvo el Premio del Público y la Mención Especial del Jurado en el 31° Festival Internacional de Cine de Valdivia; fue elegido Mejor Largometraje en el 17° Festival de Cine Chileno y recibió los premios de la Prensa al Mejor Largometraje y a la Mejor Actuación para Luisa Barrientos. Y Alzamora se quedó con la distinción al Mejor Director en el reciente Festival de Cine de Buenos Aires (Bafici).

Algo tendrá ¿no?

Para empezar, es auténtica. No solo porque sus personajes son actores naturales que trasuntan encanto y convicción, sino porque todo el relato se entronca con aquellas cosas que, quizá sin tenerlo consciente, están en el alma de Chile. Y no me refiero específicamente al sujeto/objeto central del filme, la longaniza. Pienso en esos sentimientos sutiles que habitan en los seres humanos y que conforman la pertenencia y al orgullo de tenerla. En otros años podrían haber sido los chanchitos de Pomaire, las sandías de Paine o los mimbres de Chimbarongo, hoy todos ellos modificados por la globalización.

Pertenecer a un lugar, ser parte de un colectivo con identidad, es aquello que solía movernos —y que por momentos, o en ciertos espacios, sigue haciéndolo— como ciudadanos o como habitantes de una comunidad, o participantes de una colectividad. Mucho más allá de los grandes y a veces pomposos discursos sobre patrimonio o chilenidad son esas pequeñas cosas, esas de las que habla Serrat, las que hacen a la identidad y que hacen que digamos “somos…” lo que sea: chilenos, del Colo, de Tocopilla, de la junta de vecinos, del clan familiar, de San Carlos. Eso es lo que mueve a los cuatro personajes que dan vida a esta historia: Luisa, una líder espontánea (Luisa Marabolí), DJ Fuego, interesado en los problemas de la comuna y que ha sido concejal (Exequías Inostroza), un agricultor y criador mayor, el Tío Lelo (Roberto Betancourt) y Alexis (Alexis Marín), un abogado joven, de los que aún asumen causas por amor. Amor a su localidad, en este caso y a algo que sienten propio y se lo han arrebatado.

Luisa Barrientos como ella misma en Denominación de origen.

Juntos liderarán la agrupación MSPLSC (Movimiento Social Por la Longaniza de San Carlos). Y darán una lucha como un sujeto colectivo que pugna,incluso a contrapelo de algunos de sus propios coterráneos, por defender ese (esos) trozo(s) de su identidad profunda.

Una cámara movediza, un montaje también ágil, música funcional; pero sobre todo los personajes y sus acciones hacen de este filme una obra diferente y llamativa. Desde las vocingleras manifestaciones callejeras a las trabas burocráticas, demuestran una capacidad de organización y de voluntariado extraordinario. Son cuatro personajes que se hacen querer a lo largo del filme. Dan ganas de ir a conversar con ellos al calor de una parrilla, saber más de sus vidas. Hay, en sus idas y venidas y en la forma en que Alzamora va armando la narración, una frescura contagiosa, un humor ingenuo (como cuando la catadora rusa de embutidos pregunta si una escultura de Violeta Parra representa a Jesús, pero igual termina cantando Gracias a la vida, porque se la sabe), unas existencias significativas que se develan en la pantalla sin aspavientos, y que llevan a que sea irrelevante si lo contado pasó de verdad o es ficción.

LOS DOS CHILES

Se sabe que los hechos que detonaron el interés de Alzamora ocurrieron: en 2018, en la Fiesta de la Longaniza, organizada por el municipio de Chillán,el Centro de Educación y Trabajo de San Carlos (Gendarmería) ganó la competencia destinada a encontrar a la más sabrosa; pero debieron devolver el premio porque no eran chillanejos y las bases lo exigían. Y que más tarde, Inapi (la entidad oficial encargada de las marcas y denominaciones de origen) le concedió el honor a la ciudad de Claudio Arrau y no a la de Violeta o Los Ángeles Negros. Todo lo demás pudo no haber ocurrido en la realidad. Sin embargo … ¿importa?

En los años 30, un teórico de triste memoria pero que de saber sabía, dijo que lo que importaba en un discurso de cualquier tipo era la verosimilitud y no la veracidad. Y esa frase es más que aplicable para este filme. Todo lo que sucede es verosímil y de no ser por algunas tomas poco ortodoxas en un documental, de no tener el dato de que en realidad no lo es, el o la espectador/a creería que está frente a uno de tomo y lomo.

Pero como digo, no importa. Lo central acá es la espontaneidad de los personajes, hay honestidad que se desprende de todo el filme, amor por el territorio local y propio, ganas de mostrar que las historias no siempre tienen que sucederle a la gente en la zona central, o en barrios más o menos acomodados. Que los valores de la solidaridad, en un sentido amplio, de las utopías —aunque sean a escala humana y no macro— aún movilizan a las personas.  Hay una hermosa escena al respecto: Luisa anda recolectando firmas para apelar a formar la agrupación. Y una carnicera le pregunta: ¿usted es longanicera? No, dice Luisa. ¿Y por qué lo hace?

Tomás Alzamora, realizador de este filme que trae otros aires al cine nacional.

Por la misma razón por la que Tomás Alzamora hizo su película: por amor. Y se agradece. Porque conecta con un Chile como el de antes: sin pretensiones, sin costaneracenters, ni autos de lujo, ni casinos online, ni mafias venezolanas, colombianas, chinas o marcianas. Con gente que pela el ajo para vivir con alegría y objetivos comunes.

Pero que nadie se llame a engaño. Tomás Alzamora no es un ingenuo. Sabe que de todo hay en la viña del Señor y que en Chile cohabita más de un país. Y de todo habrá en su película, lo que la hace más verdadera. Sus quijotescos protagonistas deberán enfrentarse con aquellos que siempre antepondrán el cómo voy ahí a los intereses comunes. ¿Quién gana en esa confrontación? Vean Denominación de Origen para saberlo y saquen sus propias conclusiones. PP

Denominación de origen. Dirección: Tomás Alzamora Muñoz. Guion: Tomás Alzamora Muñoz, Javier Salinas. Elenco: Luisa Maraboli, ExequíasInostroza, Roberto Betancourt, Alexis Marín. Dirección de fotografía: Sergio Armstrong. Dirección de arte: Nicolás Oyarce. Música: Martín Schlotfeldt. Casa productora: Equeco. Distribuidora: Storyboard Media. Comedia/ drama. Docu-ficción a partir de hechos reales. Duración: 86 min. Chile, 2024.

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