por El colectivo MAFI retrata el antes, durante, y después de la venida de Francisco I a Chile con un ojo distante. En Dios, el Papa toma un segundo plano ante las peculiaridades de un Chile de discursos fragmentados y singularidades que remiten más a la comedia que a la épica.
Dios, del colectivo MAFI (Mapa Fílmico de un país), es un documental que retrata la visita del Papa Francisco I a principios de 2018, como parte de una gira sudamericana. La cinta, que recoge imágenes de la visita del pontífice a Iquique, Santiago y Temuco, las ciudades que recorrió, propone una serie de escenas de la cotidianidad, a veces apuntando a una singularidad cómica, en las que el Papa está mayormente ausente, como riéndose de sus feligreses.
A las 16:45 del 18 de enero de 2018, Francisco I, la máxima autoridad de la Iglesia Católica dejaba el aeropuerto de Iquique rumbo a Lima. Tras las rejas del recinto, y a punto de subirse al avión, el Papa enfrentaba a periodistas que le preguntaban sobre la carta que le había sido enviada por víctimas de vejaciones sexuales a manos del clero chileno, instándolo a tomar una postura clara sobre el caso del sacerdote Fernando Karadima, cuyos abusos habrían sido, presuntamente, encubiertos por el obispo de Osorno, Juan Barros. Su respuesta era categórica: “No hay una sola prueba en contra de él, sólo hay calumnias”.
Dios, toma esta bomba lanzada por Francisco antes de retirarse de Chile, pero la muestra a través de un televisor, mientras unos comensales de un restaurante están más preocupados por saciar su hambre que por la bofetada televisada.
Lo mismo con los skaters de lo que parece ser el Parque de los Reyes en Santiago. Ellos continúan con sus piruetas y trucos mientras a lo lejos, y en menos de un segundo, pasa el Papamóvil raudo rumbo a una de las tantas actividades que tuvo Francisco en su estadía. La épica desaparece por completo, o al menos, se observa con displicencia en el mejor de los casos.
Es esta especie de indiferencia risible la que reina en Dios, que se acerca a la comedia de una escena donde el protagonista de un film no presta atención a un acontecimiento histórico, o a uno que podría cambiar el curso de su vida. En este caso, ese protagonista es Chile, fragmentado, variopinto, y, sobre todo, indiferente, aún en su fanatismo. Pero Francisco, de espaldas la primera vez que aparece en pantalla, también es indiferente a Chile.
La visita de Francisco expone los accidentes y grietas del país, y el lente de Dios los recoge con extrema cautela y precisión. Y es que Dios no trata en ninguna medida sobre el Papa ni sobre la iglesia. La edición se enfoca en exponer singularidades que rayan, a veces, en lo absurdo, como esos vestidores de la figura del niño Jesús, que se preguntan si lleva calzones o no.
¿Será o habrá sido alguna vez una pregunta que el Papa se haya planteado? Probablemente no, pero quienes lo esperan deben preguntárselo, y aquella disociación con la solemnidad sacra no provoca más que una ineludible risa.
Lo cómico (¿o tragicómico?) de la cinta radica también en la polifonía de voces, tal como en los inicios de la comedia como género. Desde el gentilhombre que se arrastra apenas por el cemento para pagar su manda; el pastor evangélico que protesta en vano contra el aborto junto a un ataúd infantil fuera del congreso nacional; los bufones que reciben que arman jingles para recibir a Francisco; los coros poblacionales que pretenden entregarle una carta en el Parque O’Higgins; los gobernantes que de alguna forma intentan hacer calzar la visita con su agenda. Todos son objeto de burla en Dios, y eso, de alguna forma, los reúne.
En algún momento, un famoso director alemán dijo que la mejor descripción del hambre era la imagen de un pan. Inevitablemente, las viñetas de Dios evocan la épica de la venida de Juan Pablo II en 1987, y su “No tengáis miedo de mirarlo a él”, con la multitud mirándole atentamente, una imagen de un pueblo aparentemente cohesionado que, treinta años más tarde, en las imágenes de Dios, se ha dispersado, como si se encontraran limpiando la casa después de la fiesta. PP
Dios. 2019. Director: Colectivo MAFI. Documental. 63 min. Chile.
