LAS DOS GLORIAS
En inglés existe un dicho que encierra sabiduría y pragmatismo: “If it’s not broken, don’t fix it”: si no está roto, no lo arregles. Gloria Bell, la versión hecha en Hollywood de Gloria, parece haber sido creada bajo esa máxima.
En inglés existe un dicho que encierra sabiduría y pragmatismo: “If it’s not broken, don’t fix it”: si no está roto, no lo arregles. Gloria Bell, la versión hecha en Hollywood de Gloria, parece haber sido creada bajo esa máxima.
Pensar que se le puede exigir a un estudio un estilo coherente o una línea ideológica reconocible es una deformación, un error algo naif, una malcrianza derivada –tal vez– de creer que un logotipo pueda ser algo como una escuela artística. Pero aún así, visionando la evidencia pura y dura, Pixar fue hasta Up una promesa de la no fórmula, de la anti escaleta, del arco dramático con meandros, del hacer películas que no trataban sobre temas.
Entre las decenas de nuevas producciones que Netflix estrenó, figuraron tres películas estadounidenses que abordan historias del pasado que –sin haberlo planificado originalmente así–terminaron aportando a la reflexión sobre el presente de ese país, puntualmente en el marco de las agitaciones sociales que se gatillaron a lo largo de Estados Unidos a partir de mayo, con la muerte de George Floyd. Se trata de 5 sangres, El juicio de los 7 de Chicago y Campamento extraordinario.
Los 70 tienen pulsión. Frente a los movimientos rupturistas actuales, el de esos años, con su descontento visceral, contiene verdades que hoy se echan de menos. Los 70 vibran en títulos tan dispares como Goodfellas, de Scorsese; como Mystic River, de Eastwood; como Zodiac, de David Fincher; como Ted Bundy, durmiendo con el enemigo, de Joe Berlinguer, o como Guasón, de Todd Phillips, por dar ejemplos harto menores, si bien más recientes.
Cuando la jubilación se acerca desde un rincón del ego, se asoma la tentación de los testimonios, de los discursos de despedida y de las planchas de bronce. Los grandes creadores, esos humanísimos humanos, le llaman testamento estético a esta comprensible tendencia.Encaminado por la edad, el prestigio, los colaboradores y su propia cuna modesta, Scorsese se deja arrastrar por la posibilidad de la grandeza, del canto del cisne, de la pontificación sobre sus propios temas.
Kevin Feige y compañía descubrieron el método para aplicar en cada nueva entrega de cualquier película. De ahí que las historias de origen de Marvel sean calcadas una a la otra, iguales en fondo y forma, pues buscan una perfección creativo-industrial con base en la idea de amalgamar el producto nato de Marvel (los cómics y todo su universo estilístico y narrativo) con el concepto de un producto familiar.